Los Ovnis de Gangtok
El siguiente es un extracto de un capítulo (el 10) del libro autobiográfico del insigne Lama Anagárika Govinda, (Mayo 17, 1898–Enero 14, 1985) en donde se enfoca de manera diferente el controvertido fenómeno de los objetos voladores no identificados.
Doktor Gnómegang
Según entiendo dicho punto de vista del asunto, por lo menos estas luces que se vieron en la zona no se tratarían de vehículos extraterrestres sino de algún tipo de cuerpo glorioso propio de seres de elevada estatura espiritual, como lo son los Bodhisattva. Asumo que este relato aconteció en algún momento de la década entre 1950-60.
Doktor Gnómegang
Según entiendo dicho punto de vista del asunto, por lo menos estas luces que se vieron en la zona no se tratarían de vehículos extraterrestres sino de algún tipo de cuerpo glorioso propio de seres de elevada estatura espiritual, como lo son los Bodhisattva. Asumo que este relato aconteció en algún momento de la década entre 1950-60.
"...El día de mi partida de Gangtok, el Maharajá habia preparado un almuerzo temprano a mediodía en la galería de su palacio, y me sentí encantado al encontrarme que la mesa estaba puesta solo para dos y que tendría por tanto la oportunidad de una charla tranquila e informal con Su Alteza sobre temas religiosos. Era un día agradable y, mientras contemplaba los valles y las montafias que se extendian ante nosotros en toda su esplendorosa belleza, me fijé en una lejana hilera de colinas donde había observado luces brillantes que se movian a gran velocidad, durante la noche anterior, sentado en la galeria de Dilkusha.
Palacio de Dilkusha
Lama Anagárika Govinda:
El Camino De Las Nubes Blancas
1966
"Yo no sabia que hubiera una carretera motorizable en aquellas colinas",
Dije, "¿O es que se esté construyendo una nueva carretera?" ElMaharaj á me miro sorprendido. "¿Qué le hace pensar así? No hay ninguna carretera ni ningún proyecto de construirla. El único camino motorizable que existe en mi país es aquél por el que usted vino del Valle de Tista." Entonces le hablé a Su Alteza de los destellos luminosos que había visto deslizándose por encima de aquella cordillera y que había tomado por los faros de vehiculos motorizados.
Dije, "¿O es que se esté construyendo una nueva carretera?" El
El Maharajá sonrió y entonces, bajando la voz, dijo: "Ocurren muchas cosas extrañas, y generalmente no me gusta hablar de ellas con los extranjeros porque pensarian solamente que soy un supersticioso. Pero ya que usted lo ha visto con sus propios ojos, puedo decirle que estas luces no tienen un origen humano. Se desplazan sobre las tierras mas escarpadas con una velocidad y ligereza que ningún ser humano podría lograr flotando aparentemente en el aire. Nadie ha sido capaz todavía de explicar su naturaleza y yo mismo no tengo una teoría sobre ellas, aunque la gente de mi pais cree que sean alguna forma de espíritu. De cualquier modo, el hecho es que yo las he visto moverse atravesando los jardines de palacio, hacia el lugar donde se eleva actualmente el templo. Este fué siempre un lugar sagrado, y algunos dicen que hubo también aquí un crematorio o un cementerio."
Sintiendo que el Maharajá habia mencionado algo que significaba mas de lo que él quería decir, no le presioné para que continuase, limitándome a la certidumbre de que, lejos de ridiculizar las creencias de las gentes, respetaba su actitud de intentar dar un significado mas elevado a los multiples fenómenos inexplicables que nos rodean, en lugar de considerarlos como procesos mecánicos sin sentido y desprovistos de cualquier conexión con la vida animada. ¿Por qué las leyes físicas debian considerarse como una antítesis de la vida consciente. si nuestra propia corporeidad demuestra un compromiso entre las fuerzas físicas y espirituales entre la materia y la mente, entre las leyes de la naturaleza y la libertad del individuo? Nuestra conciencia utiliza corrientes eléctricas en los nervios y cerebro, los pensamientos emiten vibraciones similares a aquéllas de transmisores sin hilos y pueden ser percibidas a través de grandes distancias por organismos sensitivos conscientes ¿Sabemos realmente lo que es la electricidad? Al conocer las leyes según las cuales actúa y utilizarlas, todavía no sabemos el origen o la naturaleza real de esta fuerza que por último puede que sea la misma fuente de vida, luz y conciencia. La potencia y motor divino de todo lo que existe. Es el misterio mismo de los protones. neutrones y electrones de la ciencia moderna con los cuales se enfrenta el intelecto humano de manera tan desvaída como lo hacían las tribus primitivas ante los fenómenos visibles de la naturaleza. Realmente no tenemos motivo para despreciar las creencias anímicas del hombre primitivo, ya que solo expresan lo que los poetas de todos los tiempos han sentido: que la naturaleza no es un mecanismo muerto sino vibrante con vida, con la misma vida que nos hace vocalizar nuestros pensamientos y emociones.
El fenómeno de las luces flotantes se ha observado también sobre la montaña sagrada de Wu T`ai Shan. en China. cuyo nombre tibetano es Ri-bo-rtse~lnga. "la montaña de los cinco picos dedicada a la Encarnación de la Sabiduría, el Dhyãni- bodhisattva Mañjušri.
En el pico sur de esta montaña existe una torre desde la que los peregrinos pueden admirar el paisaje. Pero la verdadera razón de esta torre es dar a los peregrinos la oportunidad de observar un extraño fenómeno. que mucha gente supone que es una manifestación del propio Bodhisattva.
John Blofeld, que pasó muchos años en la Montaña Sagrada, describe vívidamente este fenómeno:
"Alcanzamos el templo mas elevado al atardecer y contemplamos con gran interés una pequeña torre construida en la cima más alta, como a unos l60 metros por encima de nosotros. Uno de los monjes llamó nuestra atencion sobre el hecho particular de que las ventanas de esta torre dominaban kilómetros y kilómetros de espacio vacío. Poco despues de media noche. uno de los monjes, que llevaba una linterna irrumpió en nuestra habitación gritando: "Ha aparecido el Bodhisattva" El ascenso a la entrada de la torre apenas nos llevó un minuto. A medida que entrábamos en la pequeña habitación y nos íbamos asomando a la ventana del fondo ninguno podía evitar un grito de sorpresa, como si todas las horas de conversación no nos hubieran preparado lo suficiente para lo que ahora veíamos. Allí, en los grandes espacios abiertos, a traves de la ventana, aproximadamente a una distancia de 180 metros, innumerables bolas de fuego pasaban flotando majestuosamente. No podíamos calcular su tamaño, ya que nadie sabia a que distancia se encontraban. No se podía decir de dónde vanian qué eran y hacia dónde se dirigían tras desaparecer de nuestra vista por el Oeste. Esponjosas bolas de fuego anaranjado atravesando el espacio lenta y majestuosamente --¡en verdad. una digna manifestación de divinidad! 1.
"Alcanzamos el templo mas elevado al atardecer y contemplamos con gran interés una pequeña torre construida en la cima más alta, como a unos l60 metros por encima de nosotros. Uno de los monjes llamó nuestra atencion sobre el hecho particular de que las ventanas de esta torre dominaban kilómetros y kilómetros de espacio vacío. Poco despues de media noche. uno de los monjes, que llevaba una linterna irrumpió en nuestra habitación gritando: "Ha aparecido el Bodhisattva" El ascenso a la entrada de la torre apenas nos llevó un minuto. A medida que entrábamos en la pequeña habitación y nos íbamos asomando a la ventana del fondo ninguno podía evitar un grito de sorpresa, como si todas las horas de conversación no nos hubieran preparado lo suficiente para lo que ahora veíamos. Allí, en los grandes espacios abiertos, a traves de la ventana, aproximadamente a una distancia de 180 metros, innumerables bolas de fuego pasaban flotando majestuosamente. No podíamos calcular su tamaño, ya que nadie sabia a que distancia se encontraban. No se podía decir de dónde vanian qué eran y hacia dónde se dirigían tras desaparecer de nuestra vista por el Oeste. Esponjosas bolas de fuego anaranjado atravesando el espacio lenta y majestuosamente --¡en verdad. una digna manifestación de divinidad! 1.
Lama Anagárika Govinda:
El Camino De Las Nubes Blancas
1966
Upásaka
.
.