martes, 6 de enero de 2009

Gaza


Entonces Jesús llama a un niñito, lo coloca en medio de los discípulos, y dice: “Les aseguro que si no cambian y vuelven a ser como niños, no podrán entrar al reino de los cielos. El que se hace pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos, y el que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
Si alguno hace tropezar y caer a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le amarrasen al cuello una gran piedra de moler y que lo hundiesen en lo más profundo del océano. (Mt 18, 2-6)

¿Y a esto es a lo que le llaman "peligrosos terroristas"?

Esta niña era inocente,
como muchos antes que ella,
tenía ilusiones,
deseaba vivir, crecer, multiplicarse,
como dios manda,
no albergaba odio en su inocente corazón
solo quería jugar
y amar a sus padres y hermanitos,
a sus mascotas,
quería ver la luz del dia,
el cielo, las estrellas,
pues no había otra cosa que ver en su mundo,
que pudiera alegrarle.
Como miles de niños que ya han muerto allí en años de conflicto.
La niña sintió terror,
supo del ataque,
terror, terror, terror,
luego no supo nada mas,
que nos concierna.
¿Y quién le dió terror?
¿Sus hermanos?
¿Sus padres?
¿Sus tios?
¿Sus amiguitos?
¿Sus conocidos?
¿Los Suyos?
¿Tiene sentido?
Esta niña tiene o tenía familia, su familia tiene amigos, y
¿Qué se piensa que harán estos cuando vean esta masacre?
¿Se quedarán de brazos cruzados?
¿Que harán los niños varones cuando sean grandes?
¿Qué ejemplo se les ha enseñado?
¿Habrá alguna vez justicia internacional?
No lo creo.

Esta solo ha sido siempre para algunos.
No tengo fé en la justicia humana,
ésta depende de intereses y conveniencias.
Despues de esto
ya no tengo fé en las instituciones
de justicia internacional,
pues todo tiene un límite.
¡Ya basta!.

Soy iluso,
tengo mas fé en la otra,
en la que se tarda mucho
o nunca acaba de llegar,
en esta vida,
en la que llega
cuando ya no se está en el mundo,
en la que se diluye en el tiempo.

Pero tengo Fé.
Tengo Fé en los animales,
en los perros, los caballos,
las aves y los gatos.
Tengo Fé en las plantas,
en los elementos,
en las fuerzas ciegas de la naturaleza.
Ciegas pero sabias.
Como la verdadera justicia.
Tengo Fé en ELLO
(I have Faith in IT)

ELLOS lo saben, saben que nunca parará, y ese es su objetivo, que nunca acabe, que continúe el armamentismo, la enemistad, las ventas de armas, los conflictos, el guerrerismo. La ONU es patética, el secretario general luce patético, allí todo es un teatro, una tragicomedia, discursos vacios, un enorme dispendio de recursos de los pueblos del mundo, para nada. Los estados, si tuvieran vergüenza, deberian abandonar ese mamotreto, esa excusa para poner a vivir bién a unos cuantos embajadores. La ONU es una absoluta pérdida de tiempo.

Los señores de la guerra no tienen patria, no tienen moral, ni siquiera tienen principios, los principios del pirata, del ladrón, del psicópata. Pero tienen religión, los señores de la guerra son monoteistas, creen en un solo dios,

su único dios: "SEL"

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Dijo Jesús a sus discípulos: “Es imposible que no haya escándalos y caídas. Pero pobre del que hace caer a los demás. Sería mejor para él que lo echaran al mar con una piedra de molino colgada al cuello, antes que haga caer a uno solo de estos pequeños. (Lc 17, 1-2)

¿Y a esto es a lo que le llaman "bajas civiles"?
Dejémosnos de pendejadas, estos son personas, niños... personas asesinadas, niños asesinados.
Sinembargo, los mas perversos, aquellos a quienes el Cristo se refería cuando les advierte que: para lo que les espera por dañar a los niños, mejor se aten una soga al cuello del cual penda una enorme piedra y se lancen al fondo del mar, aquellos a quienes el Cristo amenaza con lanzarlos a las tinieblas exteriores, son esos mismos que llaman a esto "bajas colaterales." Y también, por añadidura, paladines de lo políticamente correcto, aprueban la tortura. ¡En verdad, los demonios andan sueltos en el mundo, pero con saco y corbata y el libro bajo el brazo!


Si alguno hace tropezar y caer a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor sería para él que le ataran al cuello una gran piedra de moler y lo echaran al mar (Mc, 9, 42)


Ninguna excusa Ninguna ideología Ninguna religión
Ninguna doctrina Ninguna justificación
Ningún Poder
es válido para dañar a estos niños,
mucho menos asesinarlos.


Ningún estado, bajo el pretexto que sea,
tiene el derecho a matar niños, no hay excusa.

Ningún presidente, ningún rey, ningún jefe,
Ningún general, ministro, secretario,
Ningún coronel, soldado, grupo,
Ningún partido, organización, secta,
Ninguna orden, asociación o individuo
tiene el derecho de ordenar esta masacre.

Ninguna guerra contra el terrorismo
sea cual sea, justifica la matanza de niños.


Ya ningún estado tiene moral para condenar nada. Están moralmente a la par con cualquier criminal, con cualquier terrorista. Tocaron fondo.
Estamos viendo, otra vez, el triunfo de una doctrina maligna.


¡Abrid los ojos!





2 comentarios:

  1. La impotencia de no poder hacer nada para castigar como se merecen los que incitan la guerra,la Onu no sirve para nada desde que se creo solo sirve para mantener a unos señores regordetes y con tremendos sueldos y verguenza me da que el secretario de la onu sea un chileno que no sirve para nada,esos son los politicos que tenemos aqui en Chile son una verguenza nacional.

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  2. Para mí es un gran honor tenerle comentando por aquí, amigo Leo: y ciertamente, es doloroso no poder hacer nada para detener este matadero. Y es tan grande la impotencia e indignación, que solo le queda a uno escribir lo que se siente, aunque uno se quede corto y no sea este el medio mas adecuado para hacerlo. Guerras siempre las hubo, y siempre las habrá. Pero es inaceptable que pueblos que se hacen llamar civilizados, que se ufanan de una supuesta supremacía y perfección tecnológica, retrotrayéndose a la barbarie se ensañen así contra una población civil, y específicamente contra esos niños. Eso es un crimen aquí y dondequiera, y a sus autores hay que llamarles criminales, sean quienes sean.

    Gracias por venir aquí, y reciba un fuerte abrazo.

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